La paradoja de las relaciones modernas: si te entregas demasiado, te dicen que eres dependiente. Si luchas por alguien, te dicen que te falta amor propio. Si pones límites, te dicen que lo estás complicando. La clave parece ser no demostrar demasiado y no querer demasiado. Pero esta no es la solución. Elige sentir de verdad, arriésgate y quédate donde valga la pena. Porque en el fondo, lo que realmente importa no es la cantidad de amor que das, sino la calidad de las conexiones que haces.
>>Click here to continue<<