El turismo genera riqueza, pero para los de siempre
El turismo es a menudo alabado por su capacidad para generar riqueza, pero esta bonanza económica casi siempre beneficia solo a una pequeña élite, perpetuando y profundizando las desigualdades existentes. Las ganancias derivadas del turismo rara vez se redistribuyen equitativamente entre las comunidades locales, que sufren la invasión de su espacio y la degradación de su entorno sin recibir una compensación justa. En un contexto capitalista, el turismo se convierte en otra herramienta de explotación, donde las empresas multinacionales acumulan vastos beneficios a costa del bienestar local y la sostenibilidad ambiental. Esta dinámica refuerza un ciclo vicioso en el que el capital se concentra en manos de los ya acaudalados, dejando a las poblaciones locales lidiando con las consecuencias socioambientales sin participar de la riqueza que sus hogares generan.
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