Está jocosa escena nos puede recordar al "síndrome del bebé sacudido", una afección que ocurre cuando un bebé es meneado de la cabeza violentamente.
En su estado, un bebé es vulnerable, débil de cuello y cráneo, teniendo un cerebro maleable y en riesgo ante el movimiento, pudiendo obtener ante el zarandeo; irratibilidad, dificultad respiratoria, convulsiones, pérdida de conocimiento y hasta ceguera. Por eso es importante la tolerancia a la frustración y el tratar delicadamente a un bebé, incluso si nos enojamos porque llora mucho. 👀
El humano es vulnerable al síndrome hasta los 2 años, donde termina de formarse la resistencia craneal y se fortalecen los músculos del cuello, pero tras eso, pasa todo un desarrollo, hasta los 18 años para crear una resistencia compleja a las sacudidas, permitiendo ya castigar casi libremente a la cabeza con feroces sacudidas, o piruetas olímpicas. Ciertamente nuestra cabeza es muy preciada para el cuerpo, por obvias razones ¡jajaja!
>>Click here to continue<<