“AYER FINALIZAMOS JUNIO Y HOY DEBEMOS ESTAR PREPARADOS PARA UN NUEVO COMIENZO”
“Este es el día que hizo Jehová; Nos gozaremos y alegraremos en él” (Salmo 118:24)
Cada amanecer trae consigo la promesa de un nuevo comienzo. Hoy, al cerrar el mes de junio, no solo esperamos el calendario que se renueva: Celebramos la fidelidad de un Dios que nos ha sostenido, que nos ha cubierto con su misericordia y que abre para nosotros puertas que ni imaginamos. Al alzar la mirada al cielo cada mañana, recordamos que nuestras fortalezas no nacen del sudor de la frente sola, sino de aquel que nos creó con un propósito.
La Palabra nos enseña que “Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones” (Salmo 46:1). En el bullicio de la rutina, cuando los problemas presionan el ánimo y sentimos el peso de las Responsabilidades y Preocupaciones, podemos refugiarnos en Él. No hay situación demasiado áspera, ni valle demasiado oscuro; el Señor está allí, guiando nuestros pasos y dándonos aliento.
Cuando miramos atrás y vemos victorias pequeñas y grandes, reconocemos que no todo ha sido fruto de nuestros esfuerzos: Detrás de cada logro hay un Dios que abre caminos. Por eso, aunque el camino por delante sea incierto, debemos renovar nuestra fe. Levantemos los ojos con valentía: El mismo Dios que nos llevó con mano poderosa a través de este mes, es quien va delante de nosotros en el mes que vamos a iniciar.
*En el trabajo, en los estudios, en la familia o con los amigos, Él nos ha dotado de dones y talentos para reflejar su gloria. Cada palabra de aliento, cada gesto de amor y cada proyecto iniciado con fe, se convierten en testimonio de su presencia. El desafío no está en evitar la prueba, sino en mantenernos firmes y agradecer en medio de ella.
Incluso cuando las circunstancias nos golpean, aprendemos de Él la lección de lo que es la Perseverancia. Tal como la semilla debe romper la tierra antes de brotar, nuestras pruebas nos preparan para el florecimiento. Mantener la confianza en la soberanía divina, nos enseña a dar gracias no solo en tiempos de cosecha, sino en las largas estaciones de espera.
Hoy, al comenzar este nuevo día y el nuevo mes, podemos tener la plena seguridad de que Dios va delante de nosotros, preparando el terreno y cuidando cada detalle. No necesitamos temer al porvenir: Nuestro Redentor conoce cada quebranto y está presto para restaurarnos. Por eso, levantémonos con gratitud, con la mirada fija en sus promesas y la disposición de ser instrumentos de su paz.
¡Preparados para este nuevo día, permanezcamos confiados en Su cuidado! ¡Firmes y con gozo en el Señor!
REFLEXIÓN: Al concluir un ciclo y abrir otro, Recordemos que la verdadera estabilidad no está en lo que programamos en el calendario, sino en Aquel que sostiene el tiempo. Cada instante es un regalo divino: Ni el pasado para lamentar, ni el futuro para temer. Vivir conscientes de Su fidelidad, transforma la forma en que percibimos crecer, envejecer y avanzar.
CONSEJO: Empieza cada mañana con un momento de silencio y gratitud: Pon tus necesidades delante del Señor, luego escucha Su voz en la lectura de Su Palabra. Aunque tu jornada sea ajetreada, retoma esa práctica al menos tres veces al día: al despuntar el alba, al mediodía y al anochecer. Así cultivarás un corazón firme, capaz de hallar alegría en medio de la rutina y fortaleza en la tribulación.
ORACIÓN: Señor nuestro Dios, te damos gracias por este día y por el mes que termina. Te pedimos que nos llenes de tu Espíritu para enfrentar cada momento con fe y valor. Líbranos de toda ansiedad, y haz que nuestros ojos se fijen siempre en Ti, autor y consumador de nuestra esperanza. Danos un corazón agradecido para reconocer tus bendiciones en lo grande y en lo pequeño. Guíanos, Señor, y que nuestros pasos reflejen Tu amor en todo lugar. Amén.
“Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve” (Hebreos 11:1). Si Dios lo dice, yo lo creo; y si yo lo creo, Él lo hace. ¡Eso es tener Fe! ¡Que Dios los bendiga! Amén.
“AYER FINALIZAMOS JUNIO Y HOY DEBEMOS ESTAR PREPARADOS PARA UN NUEVO COMIENZO”
“Este es el día que hizo Jehová; Nos gozaremos y alegraremos en él” (Salmo 118:24)
Cada amanecer trae consigo la promesa de un nuevo comienzo. Hoy, al cerrar el mes de junio, no solo esperamos el calendario que se renueva: Celebramos la fidelidad de un Dios que nos ha sostenido, que nos ha cubierto con su misericordia y que abre para nosotros puertas que ni imaginamos. Al alzar la mirada al cielo cada mañana, recordamos que nuestras fortalezas no nacen del sudor de la frente sola, sino de aquel que nos creó con un propósito.
La Palabra nos enseña que “Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones” (Salmo 46:1). En el bullicio de la rutina, cuando los problemas presionan el ánimo y sentimos el peso de las Responsabilidades y Preocupaciones, podemos refugiarnos en Él. No hay situación demasiado áspera, ni valle demasiado oscuro; el Señor está allí, guiando nuestros pasos y dándonos aliento.
Cuando miramos atrás y vemos victorias pequeñas y grandes, reconocemos que no todo ha sido fruto de nuestros esfuerzos: Detrás de cada logro hay un Dios que abre caminos. Por eso, aunque el camino por delante sea incierto, debemos renovar nuestra fe. Levantemos los ojos con valentía: El mismo Dios que nos llevó con mano poderosa a través de este mes, es quien va delante de nosotros en el mes que vamos a iniciar.
*En el trabajo, en los estudios, en la familia o con los amigos, Él nos ha dotado de dones y talentos para reflejar su gloria. Cada palabra de aliento, cada gesto de amor y cada proyecto iniciado con fe, se convierten en testimonio de su presencia. El desafío no está en evitar la prueba, sino en mantenernos firmes y agradecer en medio de ella.
Incluso cuando las circunstancias nos golpean, aprendemos de Él la lección de lo que es la Perseverancia. Tal como la semilla debe romper la tierra antes de brotar, nuestras pruebas nos preparan para el florecimiento. Mantener la confianza en la soberanía divina, nos enseña a dar gracias no solo en tiempos de cosecha, sino en las largas estaciones de espera.
Hoy, al comenzar este nuevo día y el nuevo mes, podemos tener la plena seguridad de que Dios va delante de nosotros, preparando el terreno y cuidando cada detalle. No necesitamos temer al porvenir: Nuestro Redentor conoce cada quebranto y está presto para restaurarnos. Por eso, levantémonos con gratitud, con la mirada fija en sus promesas y la disposición de ser instrumentos de su paz.
¡Preparados para este nuevo día, permanezcamos confiados en Su cuidado! ¡Firmes y con gozo en el Señor!
REFLEXIÓN: Al concluir un ciclo y abrir otro, Recordemos que la verdadera estabilidad no está en lo que programamos en el calendario, sino en Aquel que sostiene el tiempo. Cada instante es un regalo divino: Ni el pasado para lamentar, ni el futuro para temer. Vivir conscientes de Su fidelidad, transforma la forma en que percibimos crecer, envejecer y avanzar.
CONSEJO: Empieza cada mañana con un momento de silencio y gratitud: Pon tus necesidades delante del Señor, luego escucha Su voz en la lectura de Su Palabra. Aunque tu jornada sea ajetreada, retoma esa práctica al menos tres veces al día: al despuntar el alba, al mediodía y al anochecer. Así cultivarás un corazón firme, capaz de hallar alegría en medio de la rutina y fortaleza en la tribulación.
ORACIÓN: Señor nuestro Dios, te damos gracias por este día y por el mes que termina. Te pedimos que nos llenes de tu Espíritu para enfrentar cada momento con fe y valor. Líbranos de toda ansiedad, y haz que nuestros ojos se fijen siempre en Ti, autor y consumador de nuestra esperanza. Danos un corazón agradecido para reconocer tus bendiciones en lo grande y en lo pequeño. Guíanos, Señor, y que nuestros pasos reflejen Tu amor en todo lugar. Amén.
“Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve” (Hebreos 11:1). Si Dios lo dice, yo lo creo; y si yo lo creo, Él lo hace. ¡Eso es tener Fe! ¡Que Dios los bendiga! Amén.