Buenos días,
He escrito sobre cómo la lógica de la cruzada —la idea de que existe una causa superior que justifica cualquier medio, incluso los más ilícitos— ha atravesado la historia política de Occidente desde las guerras religiosas hasta nuestros días. Desde las indulgencias papales que absolvieron a asesinos por luchar en la “Reconquista”, hasta la guerra sucia institucional de Nixon en EE.UU. o de Rajoy en España, hay un hilo común: el uso de causas sagradas (antes religiosas, hoy patrióticas o ideológicas) para legitimar la violación del Estado de derecho.
A partir del caso Watergate, reflexiono sobre cómo las democracias liberales han perdido capacidad de autodepuración: los medios están más concentrados, la justicia más polarizada y la ciudadanía más intoxicada. Hoy, casos como el de Trump —condenado y aún así fortalecido electoralmente— o los escándalos de cloacas en España no sólo no erosionan a los líderes autoritarios, sino que los consolidan. Esto no se explica por la racionalidad de los votantes, sino por la fe política: una cruzada moral que absuelve toda transgresión.
También denuncio cómo la derecha española, lejos de regenerarse, ha optado por radicalizarse, cuestionando la legitimidad del gobierno progresista y abonando el terreno para la ultraderecha. Así, en nombre de “salvar la patria”, se justifican campañas de odio, mentiras, alianzas con corruptos y el deterioro democrático. Y advierto: si todo se justifica por una causa supuestamente superior, ya no estamos ante una alternativa política, sino ante un camino directo hacia el autoritarismo. El verdadero “gate” no es un escándalo concreto, sino una puerta abierta al retorno de la barbarie.
https://www.eldiario.es/opinion/zona-critica/precio-recuperar-espana_129_12357033.html
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